“La Muerte y La Doncella” con Celebridades

Marcela Ferradás y Carlos Santamaría son el matrimonio de LA MUERTE Y LA DONCELLA. Una excelente pieza teatral que se presentó el pasado viernes 8 de mayo en el Auditorio Mauricio López de la UNSL con una exitosa función.

La historia de LA MUERTE Y LA DONCELLA sigue teniendo vigencia a pesar del cuarto de siglo transcurrido desde su estreno. Ya que la historia no sucedió sólo en Chile y Argentina, sino que sigue pasando en cualquier país donde se violen los Derechos Humanos.

Los protagonistas accedieron a la entrevista de CELEBRIDADES y hablaron sobre la experiencia de formar parte del espectáculo. Además dejaron reflejada la verdad y justicia sobre el escenario.

“Mi personaje es Paulina Salas, una mujer que estuvo secuestrada y fue violada en 1975. De alguna manera continúa desaparecida y no ha podido hacer nada con su vida porque en el país donde vive, Chile, está pasando por una dictadura militar. Ella no ha podido recuperarse, ya que su país en un momento de la obra. Está saliendo de la dictadura y aparentemente van a juzgar solamente a aquellos militares a los cuales se les haya comprobado un asesinato. Es decir que su caso no va a ser juzgado”, detalló Marcela.

“Paulina carga una herida brutal acompañada por silencios porque no puede hablar y en el momento en el que su marido (personaje interpretado por Carlos Santamaría), un abogado y que intenta trabajar en la Comisión de Derechos Humanos. Él tiene un percance en la ruta y un hombre lo ayuda (Horacio Peña), y ella cree reconocer al torturador y violador a través de la voz que escucha, este es el arranque de la obra”.

Por otro lado, el actor Carlos Santamaría, quien interpreta al marido de Paulina Salas contó: “Es muy difícil hacer mi personaje. Porque el abogado viene de tener una entrevista con el Presidente donde le acaba de ofrecer un puesto en la Comisión Investigadora Presidencial. Se encuentra en su casa con un panorama que tiene que ver con no aplicar los Derechos Humanos. Al tener una persona (Peña) en su casa atada, indefensa y haciéndole todas las cosas que en teoría esta Comisión tiene que investigar. Es una situación entre la espada y la pared donde tiene que decidir, ver de qué forma puede llegar a un buen puerto y hacer que su mujer no tenga problemas”.

“La obra es interesante porque a mí me permite como actriz pasar de estar desaparecida a ser una mujer recuperada, recuperarse a sí misma, un personaje de mucho dolor y de hecho trabajamos desde el dolor”, expresó Marcela con respecto a su crecimiento profesional y agregó: “También me permite hacer un gran personaje en una gran obra, de hecho el proyecto lo generé yo y por suerte el Teatro Cervantes tomó el proyecto como propio. Cada personaje te hace crecer, yo diría que con este en particular me siento orgullosa de hacerlo, por mi edad pertenezco a la generación, éramos muy chicos pero igual tenemos gente desaparecida y para mi es un compromiso con mis compañeros muertos y también para mantener la memoria en nuestro país para que nunca jamás sucedan las atrocidades que tocaron vivir”.

Para finalizar, Marcela sostuvo: “Es un placer hacer este espectáculo porque es necesario. Le hace bien al público en general y especialmente a la gente joven porque quedan sorprendidos, además sirve para tomar conciencia de lo que sucedió en Argentina y sigue sucediendo en el resto del mundo con los Derechos Humanos. La Universidad es un buen ámbito para despertar la curiosidad de los jóvenes. Sembrarles la inquietud de lo que sucedió, es una manera de seguir colaborando a que se mantenga la memoria. Además de acercarles la posibilidad de descubrir lo que es el teatro, porque en Bariloche había alumnos de la secundaria que tuvieron la posibilidad de ir por primera vez a una obra”.

Con respecto al mensaje del espectáculo, Santamaría concluyó: “Es la conciencia de lo que hemos avanzado en Argentina y lo atrasados que están otros países del Latinoamérica y del resto del mundo también”.

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